La buena onda y el NO TENGO PLATA

Creo que las siguientes líneas quizás son un poco exageradas pero no por eso dejan de ser menos ciertas.

El punto es que cuando me decían que salgamos a un lado, especialmente durante la noche, y yo decía que no porque no tenía ganas o no podía siempre había algún punto de queja. Es decir, siempre reclamaban del que no quisiera salir o insistían interminablemente.

Pero de un tiempo hasta hoy creo que he descubierto la frase de oro que deja a esas bocas insistentes tan cerradas como piernas de monja, y nunca se dice nada. Es tan simple como decir "NO TENGO PLATA". Es impresionante ver como esta frase mágica hace callar hasta el más porfiado de los insistentes. Son muy pocos los que después de eso dicen algo como "no importa, vámos no más".

De cierta manera igual los entiendo pero lo que me preocupa no es tanto negarme a salir cuando no quiero, sino pensaba en el supuesto caso que en realidad no tenga ningún peso y quiera salir. Meditando sobre este caso hipotético me doy cuenta que quizás los amigos que uno consideraba muy cercanos no lo son tanto.